domingo, 15 de marzo de 2015

Al menos intentarlo (paréntesis)

Hola querida masa informe que potencialmente puede convertirse en rostros y recuerdos. O no. Puedes quedarte en silencio. Y me gustas por eso. Por tu inmediatez y tu caos.
Te cuento que tengo miedo.
Y ya sé que en nuestra eterna correspondencia eso equivale a un saludo. Siempre igual, no por ello menos cierto.
Y tengo miedo porque me voy de esta ciudad, donde hundí la cabeza por 6 o 7 meses. La dejo y quiero y no. Me voy porque no nos enamoramos, pero quedé en semifinales.. y si fuera otro quizás hubiéramos seguido simplemente. Ya saben, armando un hogar, esculpiendo hijos. Pero no, nunca fui suyo. Y me voy. Me voy de este país que en gran parte siento sin identidad. O donde quizás un año entero no me dio para encontrarla. Pero me voy siendo otro, mejor, sin lugar a dudas. O sea, igual idiota, inexplicablemente complicado-y-fácil como una mañana de domingo, pero mejor.
Me voy al Japón, por unas semanas. Corea, quien sabe por cuanto. China, espero, por un tiempo más. Y después debería volver a Chile. Pero tengo miedo, como extensión del miedo anterior, porque ya estoy mirando la visa a Alemania. Y conozco esa mirada.
Quiero saltar una vez más. No saber que hacer, como siempre, arrepentirme hasta sonreír. Quiero incertidumbre, me falta plata. Tal vez algo pueda hacer, la prostitución dicen que es buen negocio en Asia. Pero más allá de aspiraciones laborales, o sea: De verdad pánico. No sé como sobreviví este año, no sé como podría hacerlo en un país en el que tengo menos control -aún- del idioma, y teniendo lo que es ninguna habilidad más que una esporádica locura y cierta austeridad en tiempos de guerra que raya en el masoquismo.
Busco tu simpatía masa informe de potenciales caóticos. Quiero esperanza. Realidad, ficción, lo que sea. Tampoco es tan terrible volver a Chile, pero me gusta esto de tener tiempo, de que mañana pueda ser cualquier cosa.. y sería una pena dejarlo ir. Sé que cuando vuelva las cosas no serán miel sobre hojuelas. Me estoy perdiendo el "hacer un curriculum", las cotizaciones, el sentar cabeza. Lo sé. Y es que no tener dónde caerse muerto viajando es una aventura, no tenerlo en tu país es un poco menos sexy. Digamos depresivo. Y si muero, pues que sea cruzando la calle, como debería ser, y no porque un día me olvidé de mi.
Creo que sé que quiero, pero tengo tanto pánico de verdad que escribo esto para hacerme frente. Al menos debería intentarlo. Evaluar bien la opción, ver si es completamente factible y viable económicamente. Sí. Solo necesitaba estar seguro. Hay una sombra, eso sí, cuando imagino Europa. Creo que podría haber mucha tristeza allá, fragilidad. No tengo la misma energía que al principio, y este año ha sido pesado y solitario. Pero así es la forja. Y si me quiebro, habré conocido mi límite. 
Al menos intentarlo.
Eso. Al menos intentarlo.