Evidentemente hice lo que tenía que hacer, y no me hice caso. Giré en 180º la dirección a dónde iba con el post anterior, y ya con el pasaje a Japón virtualmente en la mano (porque está en mi mail), mi corazón reconoce la victoria. Es lo que tenía que pasar, arriesgarme una vez más, intentar seguir viajando.
¿Futuro?, ya veremos cuando llegue. Que me tenga piedad, yo le tendré una cerveza.
No sé por cuanto, no sé como ni de que forma. Sé que compraré el pasaje de tren de 14 días, me juntaré con Simon al llegar al aeropuerto y después iremos viendo, probablemente vayamos visitando a los amigos japoneses que hemos hecho por acá, probablemente iremos viendo las cosas que cada uno quiere ver, como Kyoto, Hiroshima, Osaka. Por supuesto el gran Tokyo. Daremos vueltas. Quizás me vaya al poco tiempo a Corea, quizás me quede los 90 días que tenemos (así es, con Japón, Corea del Sur y Tailandia no necesitamos visa, tenemos 90 días libres para turistear por ser chilenos), quizás quien sabe.
Llegaré con el florecimiento del cerezo.
Curiosidades. Hubo una vez un grupo de chicas, literatas de distintos colegios, unidas por el profundo lazo que provocaba el alba del internet. Ellas se encontraron en ese momento cuando todo era porvenir y oscuridad, entre intensas risas y lágrimas. Algo no muy distinto a otras épocas. Y esas chicas se llamaban a sí mismas las lombrices. Pero había un chico que molestaba alrededor, siempre buscando atención. Alguien que se coló en el enigma, ya que su mayor habilidad en la vida era el "colarse", de hecho, dicen que perdió, o entregó un poco de su identidad a cambio de ese regalo divino, como Odin hiciera con su ojo. Bueno, él era el cerezo.
Volviendo al curso irregular. Uno de los dos supervisores con los que trabajo, Craig, que es un inglés buena onda y como de mi edad, tuvo que volverse a inglaterra, tragedia familiar: se murió su hermana. Por un momento me pregunté como sería, que haría, si algo así me pasara estando acá, al otro lado del mundo. Preferí dejar esa pregunta sin respuesta. Hablé con él hace poco, creo que sigue en shock, que es lo más lógico, si es que hay alguna lógica en esto, pero más allá de eso esta "bien", tratando de ayudar a su madre.
Acá me tuve que hacer cargo del puesto y ahora lo reemplazo de momento como supervisor, he tenido que aprender algunas cosas nuevas, pero nada del otro mundo. Todo es experiencia.
De momento trato de ahorrar lo más posible. También alojamos a personas por Couchsourfing en el depa, para tener más experiencia en el tema. Hasta ahora han sido buenas las experiencias. También de vez en cuando salgo a la luz del día y aprovecho de pasear, hoy por ejemplo habían conciertos y una feria performática, con presentaciones de varios artistas en el waterfront, aka costanera. Wellington es una excelente ciudad, en especial cuando hace este tipo de cosas, debería ser más seguido eso sí. Pero se agradece igual y a caballo regalado, como dicen por ahí.
Bueno, se va andando, eso es lo importante.
Por ahora tengo que volver a trabajar, ya se me esta acabando el break y solo quería dejar constancia de los nuevos pasos.
Y pensando en todos los últimos cambios, solo puedo decir que me intriga ver que cosas pasarán entre este post y el próximo.
Saludos!