viernes, 19 de septiembre de 2014

Wellington, toda una vida.


Llegamos hace como dos semanas a Wellington, quizás un poco más, y mentiría si dijera que me acuerdo todo lo que ha pasado durante estos días en esta ciudad que es algo así como un Valparaíso aprovidenciado. Son muchas, y es que hay momentos en la vida en que todo se comprime y pareces vivir más en menos. O simplemente hay momentos en los que vives. Y lo cierto, es que este es uno de esos.

Llegamos un día lluvioso, que de verdad parece un año atrás, sin saber que hacer, a donde ir, nada, como siempre. Demoramos más de lo necesario en encontrar un lugar para dejar la van, estaba todo lleno, era día lunes creo. Salimos y dimos una vuelta por el centro. Comimos algo y seguimos sin tener nada claro, como siempre. Fuimos a ver un lugar de backpackers y lo encontramos un poco caro, el XBase, que es como una cadena de hostales y están por todos lados, en Australia también y quien sabe donde más. Seguimos buscando y encontramos otro un poco más barato, el Lounge in the City.

Después de una reunión logística decidimos quedarnos ahí por una semana, por lo que había que pagarla completa inmediatamente, y después de todo el viaje por la isla norte los recursos no sobraban, pero al mismo tiempo así tendríamos la tranquilidad de tener un lado por una semana y no tener que estar moviéndonos por ahí. 

Dejamos la van un par de noches ahí y después la estacionamos en un suburbio, ya que sale como 10 dolares la noche el estacionamiento en el hostal y era mucho pues.

En el hostal me re-encontré con el Cristian, un chileno que conocí en Te puke y que viajaba con otro, el Carlos, que también lo he visto por acá. La primera semana solo encontré pega al final de la misma, para el partido de los All Blacks, pero esta semana ya partí en un restaurant como lavaplatos gracias justamente al Cristian, que me ayudo a entrar, y además ocasionalmente sale algo de limpieza de casas y lugares, otra pega en la que me recomendó. He tenido mucha suerte en ese sentido, y le agradezco mucho al compa.

Al principio, los primeros días, fui dejando currículums por las calles de Wellington sin mucho exito, no tengo mucha experiencia como ayudante de cocina, o lavaplatos y cosas así que son los trabajos que hay por acá y no quise mentir en mi CV. No me gusta mentir, y menos por escrito. Usualmente lo hago solo bajo presión y se me nota fácilmente. Simplemente aclaraba que no tenía mucha experiencia, pero que tenía ganas y estaba dispuesto a aprender. Mucha gente me recibió el CV con gran amabilidad, y todo el miedo que tenía en ese momento de lanzarse a lo desconocido, se desvaneció. 

Los primeros días iba bastante a la biblioteca, a usar el Internet de allá, y poco a poco me fui contactando con más gente, como el Simon, con quien nos conocemos de la U y que también está en Wellington. De hecho la primera noche que pasé en Wellington salimos con el Simon y conocí más gente, primero fuimos a un Festival Coreano, que era como su "Día de gracias" o "Thanksgiving", pues para ellos el verano se terminaba y comenzaba el otoño y por lo mismo el motivo de la tradición y la celebración era dar gracias por las cosechas. Así mismo en el evento, que era un bingo en un salón grande, regalaban comida y sorteaban sacos gigantes de arroz, y entre tanto y tanto la misma gente de ahí hacían shows, ya que había un concurso de talentos. 

Sí, ahora que recuerdo ese fue mi primer encuentro surreal con Wellington. No gané nada, pero me divertí mucho. Demás esta decir que todo era en Coreano.

Después fuimos a un bar under medio japo y probamos unas mezclas extrañas de Sake con otros licores, muy sabrosos resultados.

Por si no se han dado cuenta, en la medida en la que escribo voy también recordando cosas, así que puede que no haya mucho orden en esto. 

Y bueno, la primera semana no nos salió nada de trabajo a Tom y a mi, pero si a Cecilia y Mati, ellos habían ido a una agencia y les salieron unas cosas al par de días. En eso les avisaron ahí mismo de lo del estadio y que iban a necesitar mas gente y fuimos con Tom. Era el día antes, un viernes y de verdad necesitábamos una pega. Nos aceptaron, fuimos los últimos creo, y ya estábamos listos y ansiosos/nerviosos para el día siguiente. Pero fue una genial experiencia. Pongo lo que escribí al respecto el mismo día (noche): 

Y por fin vi a los All Blacks en vivo. Claro que por 20 minutos, porque estaba trabajando en el estadio. Pero fueron los últimos 20 minutos del encuentro (bendita y mágica coincidencia que me tocó en ese instante el break). Además que comí como nunca antes en Nueva Zelanda, y como pocas veces en la vida.
Ahora, en el lado triste del asunto, puta que es doloroso ver como botan tanta comida.
De todas formas fue una buena noche, buena pega -la primera por acá-, buenas lucas, una buena conversación, y todo bien, aunque me ando medio resfriando ahora porque nos vinimos al hostel caminando desde el estadio con lluvia y viento Wellingtoniano en contra (que no es poco, por algo le llaman Windy Welly a esta ciudad), y pa más remate a las 2 de la mañana. Pero como fuere. Ya en cama, todo se ve genial y mañana estaré mejor.
Buen recuerdo pal archivo.

Al final no me resfrié y así todo fue mucho mejor, Esa pega me dio confianza de que podía hacer temas de cocina o mesero acá y a los días el Cristian me habló de estás cosas en las que ya estoy trabajando.

Conocí también en el hostal a otros chilenos, el Mati, la Karin, que se va en unos días a hacer otra work and holiday visa en Alemania, la Nati y así. Debo decir que algo me ha alegrado el corazón hablar de vez en cuando en chileno. Hay algo especial, como cierta familiaridad -si, aunque suene estúpido- que no tenía en perspectiva.

Y bueno, ese fin de semana, al día siguiente de lo del estadio, se nos acababa la estadía en el hostal, ya había pasado la semana (en realidad 6 días porque fue lo máximo que pudimos reservar ya que estaban todas las piezas bokeadas/pedido previamente por la contingencia del partido para ese fin de semana). Y tuvimos que hacer unos malabares por ahí, pero al final Cecilia encontró una oferta en el primer hostal que habíamos ido a ver, el XBase, por 10 días. Así que nos terminamos mudando y aquí estamos ahora.

Muchas cosas pasaron en el Lounge in the City, y aún a veces vamos por allá a carretear. Fue un buen lugar para empezar acá y conocer re-encontrarse con gente genial.

Ahora, dentro de lo emocionante, está que encontramos un departamento y ya pagamos el Bond. Cuando se terminen estos 10 días en el XBase, el jueves, nos iremos allá. Seguiré estando cerca de la pega, del centro y será la primera vez en un departamento acá en NZ. Una nueva etapa, quizás. Ya veremos. Y -en teoría- debería salirnos hasta más barato. Pero, ¿saben?, tal como le dije a mi abuela putativa (más conocida como la May), es curioso, o sea, sé que cuando lo escriba va a dejar de sonar curioso y pasará a sonar como una más de esas cosas que "ya sabemos", pero por ahora sigue siendo curioso, y es el hecho de que en este momento, en el que estoy con menos plata que nunca, me siento muy bien, me siento rico de hecho. En el amplio sentido de la riqueza. 

Y así, le hecho más cosas al pan, camino más relajado, disfruto los minutos, ya sea viendo leseras o conversando. Estoy bien. Muy bien. Con un poquito de soledad no más, ya saben, de esa que te hace querer compartir ciertas cosas con ese "alguien más", pero es mejor tenerla así que en otras condiciones. Y es que podría estar en un campo, en un jardín budista, así como estoy en esta ciudad. Es la misma sensación de paz. Como si se hubiera apagado el futuro

Y en esta paz me di cuenta que no empecé este viaje para conocerme, que no vine a buscar nada acá. Vine a construirme.

Vine a vivir.

Y en eso estoy, como decía al principio. Siento que estoy viviendo, en esta hermosa ciudad, que ya siento un poco mía.



Fotos:

No las puedo sacar del celular, pero ya voy a ver como le hago con eso :/



1 comentario:

  1. Que hermoso y sabio lo que estás viviendo hijo querido y recuerda que te adoro.

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